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domingo, 4 de marzo de 2012

El aborto. (Vivir o dejar vivir)

Sin duda meterse a hablar sobre este tema es llenarse de barro hasta las rodillas.
Hay miles de puntos de vista, miles de decisiones que pudieran tomarse, miles de casos...

  • Toda mujer mayor de 16 años puede abortar libremente hasta las 14 semanas de embarazo, con la compañía y autorización de sus padres.
  • Se podrá interrumpir el embarazo a partir de las 22 semanas, únicamente si se descubren anomalías incompatibles con la vida o enfermedad muy grave e incurable del bebé.
  • Se permite abortar hasta la semana 22 cuando haya riesgo para la salud física o mental de la madre.
Estas son digamos las tres reglas básicas que hay en la ley del aborto.
Por tanto, hay tres principales casos para negarle la vida a un ser humano, porque nos guste o no, así es, un ser humano de tamaño diminuto.
En la primera me centraría en las chicas adolescentes.
Siempre que una chica de entre dieciséis a diecinueve años se queda embarazada las malas lenguas piensan en lo "suelta" que puede ser, lo irresponsable que es y todas las cosas malas que se les pasen por la cabeza.
Pero seguro que casi nadie se para a pensar qué decisión va a tomar o si ya la ha tomado, lo valiente que ha sido en ambos casos.
Pero ahí va la mayor cuestión ¿tiene una adolescente los valores suficientes, los conocimientos sobre qué es una vida, las ideas claras para tomar una decisión correcta?
Todo depende, depende de qué adolescente, de la educación que haya recibido, de los valores que tenga...
Debería por ello recibir el consejo de especialistas los cuales la guiaran lo mejor posible.
De todos modos, dudo mucho que un niño con una madre de dieciséis años pueda desarrollarse correctamente, cuando ni su madre tiene totalmente definida su personalidad, sus ideas, ni tan si quiera sabe qué va a ser en la vida. Porque a estas edades, creemos saber quién somos pero en realidad, tenemos una ligera idea de cómo queremos ser.

La segunda, 22 semanas parece demasiado tiempo, más de cinco meses.
Es feto está casi perfectamente formado, se asemeja más a la idea de "humano" que tenemos.
Demasiado grande para arrebatarle la vida piensan algunos. Pero quizá haya demasiada vida y él no se haga grande.
En este caso juegan un gran papel los médicos, los cuales determinan la vida hipotética que ese niño podría llevar en el caso de que no se interrumpiera el embarazo.
Porque vivir postrado en una cama, como un vegetal, no poder hacer solo ni las cosas más básicas, eso no es vida ni para el niño ni para las personas que vayan a pasar el resto de su vida junto a él.

Y la tercera, el riesgo para la madre. Hay casos en los que la mujer no podría soportar el parto por complicaciones posteriores físicas o que a medida que avanza su gestación se ve incapaz psicológicamente para dar a luz a un ser humano.
En el caso físico estoy totalmente de acuerdo. Pues la muerte de esa madre haría daño un número de personas mayor que la del feto. Esa mujer ya tiene una vida, unos propósitos y una cosa es acabar con tu forma de vida, y otra muy distinta es que acabe con su vida y provablemente con la de su hijo.
En el caso de que se viera incapacitada psicológicamente, es mucho más complejo. Y en mi opinión debería ser un especialista el que le ayudase a  determinar la decisión y a orientarla. Y si determinase que no está preparada realmente, vería correcta la opción el aborto. Porque un niño debe desarrollarse en un ambiente de estabilidad, de seguridad y de confianza.

 En cualquier caso de los anteriores, el aborto provocado y el accidental es algo muy traumático tanto físico como psicológico para la madre, posiblemente la decisión más importante de sus vidas.



Como ya he dicho miles de puntos de vista, miles de situaciones que no deberían ceñirse, en mi opinión, a una ley tan simple y tan generalizada. Pero claro está que las leyes no siempre pueden ser perfectas, de hecho casi nunca lo son. Siempre hay partes perjudicadas y partes que salen ganando. Pero a fin de cuentas la vida tampoco lo es.
No es tan sencillo como enamorarse, casarse y decidir formar una familia y que ese niño sea deseado y esperado desde el primer momento. Si la vida fuera así de simple, así de bonita viviríamos en un cuento de Disney y no habría ningún tipo de problema. Porque la cigüeña trae los niños de París, pero nadie habló sobre si había devoluciones.



Paula.