La educación y la cortesía abren todas las puertas.

domingo, 3 de junio de 2012

Vale más que mil palabras.


"No desdesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. 
Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. 
Esto significa que vives"
-Franz Kafka-

"Persigo una utopía pero esta se me aleja cada vez que me acerco, entonces ¿para que sirve una utopía? pues para eso, para caminar... "
-Anónimo-



Lunes, miércoles y viernes: ¡ Filosofía !


Dado que este apartado del blog respecto a la opinión a cerca de las clases de filosofía va a leerlo la misma persona que las imparte, voy a dejarme de terceras personas y voy a dirigírselo a él, nuestro conocido profesor de filosofía y tutor, Enrique Mesa.

En mi opinión, la inteligencia de un profesor está en hacer de algo complejo y difícil de entender algo ameno, en desgajar la naranja, en resumen, en sintetizar las cosas de tal forma que sean incluso divertidas. Y no regodearse en dos palabras, para que parezca una clase magistral de cualquier cosa.

Tú, eres de los primeros.

Sí, a nosotros, a los intelectuales por metro cuadrado de los que estás rodeado nos haces comprender hasta el último punto o punto y coma de cada clase.

Estás enseñando también por aquí, unas normas básicas que muchas veces brillaban por su ausencia y has sabido recordar a cada cual, cuál es su papel, sobretodo dentro del aula.

Me sorprende la pedagogía con las que manejas las cosas y las situaciones.

No te has esforzado solo en que entendamos tu asignatura, sino en  que sepamos un poco más de este lugar en el que vivimos y aprendamos a apreciarlo.

Se nota a las personas que disfrutan haciendo su trabajo, y creo que tú lo haces, que te preocupas, que aunque interpretes muy bien el papel de profesor tienes dentro una personita que vive feliz enseñando y transmitiendo el conocimiento que tienes.

Me encanta toparme por la vida con personas que dejen algo grabado en mí, aunque solo sea una frase, un recuerdo, una canción o una enseñanza, me hace recordar lo maravilloso que puede llegar a ser el ser humano, que a veces se olvida. Y creo que has sido una de esas.


Eres ese tipo de persona que no pasa desapercibido, como tu clase, lo típico de que caes mal o bien, te gusta o lo odias, que no hay un término medio y es que las grandezas, no entienden de mediocridad.

Pero ante todo a alguien correcto, no se le puede tachar de muchas cosas y unas clases impartidas de forma impoluta, tampoco tienen mucho de lo que ser juzgadas.
Cuando digo que es "impoluta" me refiero  desde los dibujos, hasta los esquemas finales, pasando por el repaso diario, por la sección de dudas, por la de comentarios y alabanzas, las charlas individuales, los paréntesis y esa forma tan peculiar de resaltar las "cualidades negativas" de algunos alumnos sin que ellos se percaten y consigues que acaben riéndose, sin saberlo, de su propia estupidez.
Aunque a veces no merecerían ni la mitad de atención, porque a palabras necias, oídos sordos.

A algunos les indigna la superioridad con la que nos tratas, pero, preguntémosles a nuestros padres, ¿cómo traban a sus profesores? Eran tratados desde el más humilde respeto. ¿Dónde ha quedado eso ahora? ¿Qué representa ahora un maestro?
Indignante debía ser, que esto se esté perdiendo, menos mal que con personas como tú, algo queda, algún vago recuerdo aunque solo sea tres veces por semana de lo que significa y representa la figura de un maestro.

Remontándome ahora un poco al pasado, a principios de curso, recuerdo el día de la asignación de tutor, en el salón de actos, nose por qué pero sabía que iba a ser aquel hombre de traje, y sin duda, le has quitado al hombre de chaqueta el prototipo de exclusiva seriedad y rigidez.
Dejándonos ver, lo que se esconde detrás de una pajarita. 

Para terminar, gracias por darnos un poco de oasis, un minuto de tregua, en cada clase sacándonos de la horrible monotonía y creando tu propia rutina. 



Paula.